domingo, 2 de octubre de 2011

Recomiendan una ingesta inferior a los cinco gramos al día, equivalente a 2.000 miligramos de sodio


Cómo reducir el consumo de sal

La dieta típica actual contiene una cantidad excesiva de sal. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) calcula que, en promedio, la gente del continente consume el doble de la recomendada, que es de cinco gramos al día, equivalente a 2.000 miligramos de sodio. Esto contribuye al aumento de la presión arterial, considerado el principal factor de riesgo de muerte en el mundo y el segundo de discapacidad por enfermedad cardíaca, accidente cerebro vascular e insuficiencia renal.
Es por eso, que un grupo de expertos independientes convocados por la OPS ha recomendado una serie de medidas para reducir el consumo de sal. Éstas no sólo afectan a los consumidores, ya que mucha de la sal que ingerimos proviene de alimentos procesados. Por lo tanto, la responsabilidad también es de la industria alimentaria y, por supuesto, de los Gobiernos.

Los alimentos procesados tienen alto contenido de sal
Beatriz Marcet Champagne, directora ejecutiva de la Fundación Interamericana del Corazón Argentina, indica que el patrón del consumo de sal en cuanto a su origen varía según el país: mientras en Estados Unidos el 76% de la sal que se toma proviene de productos procesados, en Brasil la mayor parte proviene de lo que el cocinero o el propio comensal en la mesa le ponen.
"En realidad no tendríamos que ponerle sal a nada, porque ya los productos tienen naturalmente un poco de sal y no necesitamos más que eso", sostiene la experta, que aboga por "trabajar con las compañías que tienen productos procesados como el pan o cosas enlatadas a las que se agrega sal para que le pongan mucha menos sal o no las salen, de forma que cada uno se pueda salar lo que quieran".
Otra medida propuesta por la OPS es que la industria alimentaria ponga en las etiquetas de sus productos indicaciones claras sobre el contenido de sal, para que el consumidor pueda elegir con criterio.

El consumo de sal aumenta la presión arterial
El organismo americano advierte que "a medida que aumenta el consumo de sal dietética, también lo hace la presión arterial" y que "aproximadamente el 10% de las enfermedades cardiovasculares son causadas por el contenido excesivo de sal en la dieta".
Además, los riesgos en la salud por el alto consumo de sal aumentan en las personas mayores de 45 años, las que tienen ascendencia africana, o padecen diabetes, hipertensión o una enfermedad renal o cardíaca.
"Cerca del 30% de las personas que sufren hipertensión tendrían una presión arterial normal y el resto tendría un mejor control de la presión arterial si redujesen la ingesta de sal a un nivel saludable", concluye el organismo.


Otras recomendaciones para mantener la presión arterial baja
Un menor consumo de sal no es la única indicación para controlar la presión arterial. También es recomendable la actividad física regular, evitar el consumo excesivo de alcohol y mantener un peso corporal adecuado. La dieta sana, además de un nivel bajo de sal, debe incluir una cantidad abundante de frutas, hortalizas y verduras frescas, productos lácteos magros y alimentos con bajo contenido de grasas saturadas.
Las consecuencias de esta reducción de la hipertensión tendrían un reflejo positivo no sólo en la salud de las personas sino en las economías de los países, ya que se calcula que los costos de la presión arterial alta llegan a entre el 5 y el 15% del producido interior bruto (PIB) de los países de ingresos altos y del 2,5 al 8% en América y el Caribe.


Consejos una dieta sana baja en sal
Estos son los consejos que da la Organización Panamericana de Salud para reducir la sal en la dieta diaria:
-Comprar más alimentos frescos o congelados en detrimento de los ya procesados.
-Reducir gradualmente la cantidad de sal a la hora de cocinar o de servirse en la mesa y usar mejor condimentos bajos en sal o con sustituto de la sal (como el cloruro de potasio en vez del cloruro de sodio).
-Usar con moderación los condimentos y salsas como el kétchup (salsa de tomate), la mostaza, la salsa de soya, pepinillos, aceitunas y aliños de ensalada con alto contenido de sal. Se pueden emplear como alternativa jugo de limón, ajo fresco, especias, hierbas o vinagres con aromatizantes.
-Planear con suficiente anticipación las comidas para evitar compras de última hora de alimentos preparados, puestos que estos normalmente contienen mucha sal.
-Limitar la dependencia de comidas procesadas como sopas enlatadas o liofilizadas, verduras enlatadas, comidas congeladas, comidas "instantáneas" y paquetes de arroz o pasta con "saborizantes". Además de los cubitos y adobos industrializados.
-Cuando no quede más remedio que comprar alguna comida ya preparada, elegir productos etiquetados como "sin sal", "bajo en sal" o "sin sal añadida".
-Leer en todo caso las etiquetas referentes a la nutrición de estos alimentos (si las tienen) y seleccionar aquellos que tengan menos de 0,25 gramos de sal por ración. Evitar, en todo caso, aquellos con más de 1 gramo por ración. Hay que recordar que en las etiquetas suele marcar la cantidad de sodio, no de sal.
-Enjuagar los alimentos enlatados en agua fría antes de cocinar o comer.
-Para los aperitivos, preferir nueces y frutas secas sin sal.
-Limitar el consumo de carne de aves de corral procesadas, curadas, ahumadas o empanizadas.
-Reducir la frecuencia de las comidas en los restaurantes y pedir que le echen menos sal al plato.
-Evitar (mejor eliminar) en lo posible las comidas rápidas y para llevar.

Algunas de estas recomendaciones son obvias y cuestión de voluntad de llevar una vida sana en general y otras pueden significar un sacrificio para muchos. Pero el precio a pagar por no atenderlas puede ser demasiado alto en términos de salud y de calidad de vida.
Por: Suite101.net - 30/09/2011.