jueves, 16 de diciembre de 2010

Cuidado con la Diabetes

Las gaseosas contribuyen con el desarrollo de la diabetes.
Bastaría ver las estadísticas para declararnos en Emergencia Mundial ante una auténtica epidemia de diabetes.


Pero, ¿por qué no se declara? Existen numerosos intereses que entran en juego. A las poderosísimas industrias transnacionales de gaseosas no le conviene, pues habría que prohibirlas. A las poderosicimas industrias capitalistas de las medicinas tampoco, porque no vendería "remedios" para curar la diabetes y así una gran cantidad de "empresas" que viven de la muerte de los incautos consumidores.


Además de este grave problema hay que denunciar el alto contenido de calorías de estos refrescos que trae como consecuencia el alarmante aumento de la obesidad infantil y en adultos también.
Según un estudio realizado en la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey, el consumo de gaseosas puede contribuir al desarrollo de la diabetes, especialmente en niños (aunque muchos padres también) que son el segmento más vulnerable a la seducción publicitaria.
Esto se debe a que el jarabe de maíz con el que son endulzadas estas bebidas tiene un alto contenido de fructosa, lo que genera elevados niveles de compuestos reactivos que pueden iniciar los daños de células y tejidos que conducen a la diabetes.

El jarabe de maíz rico en fructosa (HFCS, por su sigla en inglés) es un edulcorante que se encuentra en muchos alimentos y bebidas, incluidas las gaseosas no dietéticas (es decir que no tienen fructosa pero tienen otros edulcorantes sintéticos como el aspartame que son cancerígenos), productos horneados y condimentos. Se ha convertido en el edulcorante preferido por muchos fabricantes de alimentos porque es más económico, más dulce y fácil de mezclar que el azúcar de mesa (refinada, que tampoco es de lo más saludable).

Estos refrescos gaseosos son verdaderos venenos que se venden libremente bajo los más variados "sabores", desde cola ¿? hasta malta, pasando por naranja, limón, piña, etc.

En nuestro país el consumo es muy alto, basta asomarse antes del medio día para ver un desfile de niños, jóvenes y adultos con su "litrón" bajo el brazo para acompañar el almuerzo.

Cuando las gaseosas y huesos no se llevan bien
Si a usted le gustan las gaseosas (bebidas de cola), le tenemos malas noticias. El consumo de estas bebidas podría estar aumentando el riesgo de sufrir osteoporosis, según investigadores estadounidenses.
Osteoporosis: La osteoporosis significa literalmente "huesos porosos". Es una enfermedad en la que se reduce gradualmente la calidad de la masa ósea, lo que conduce a debilidad del esqueleto y un mayor riesgo de fracturas.

Ácido fosfórico
Se cree que el responsable de esta relación es un ingrediente de la cola llamado ácido fosfórico, pero el mecanismo aún no se conoce totalmente. Dicho ácido podría acutar de dos formas:

- Se cree que el ácido fosfórico, particularmente en dosis de gaseosa (cola) que se repiten diariamente, crea un ambiente acído en la sangre. Esto produce una extracción del calcio de los huesos para equilibrar esa acidez.

- Por otro lado los altos niveles de ácido fosfórico pueden producir cambios en la secreción de una hormona que regula el metabolismo óseo y que podría aumentar la pérdida de hueso.

Se aconseja que quienes se muestren preocupados por la osteoporosis limiten su consumo de gaseosa (cola) a sólo muy ocasionalmente y los que ya la padecen eliminarla por completo.